Equidad en la educación: apoyando a todos los estudiantes

Sin importar los antecedentes, el idioma, la raza, el perfil económico, el género, la capacidad de aprendizaje, la discapacidad o los antecedentes familiares del estudiante. Cada alumno debe tener la oportunidad de obtener el apoyo y los recursos que necesita para lograr sus objetivos educativos. 

Una pregunta recurrente de la Agencia Internacional de Calidad Educativa (AICE) y el Consejo de Acreditación en Ciencias Administrativas (CACECA) es si estamos listos para lograrlo desde el aula y qué es lo que tenemos que hacer para poder transformarnos para hacer frente a los nuevos retos ante un mundo más competitivo y cambiante. 

La UNESCO define la equidad en la educación como el grado de justicia e imparcialidad del acceso a la educación y las posibilidades de educación ofrecidas a los niños y los adultos. Lograr la equidad supone reducir las disparidades basadas en el sexo, la pobreza, el lugar de residencia, la pertenencia étnica, la lengua y otras características. 

De acuerdo con la OCDE, la equidad en la educación tiene dos dimensiones. 

  • La primera es la imparcialidad, básicamente significa asegurar que las circunstancias sociales y personales, como el sexo, la condición socioeconómica o el origen étnico, no sean un obstáculo para realizar el potencial educativo. 
  • La segunda es la inclusión, es decir, garantizar un estándar mínimo básico de educación para todos; por ejemplo, que cada persona sepa leer, escribir y hacer operaciones simples de aritmética. 

Las dos dimensiones están estrechamente entrelazadas: atacar el fracaso escolar ayuda a superar los efectos de las privaciones sociales que a menudo provocan dicho fracaso. 

Las instituciones de Educación Superior tienen una gran responsabilidad para lograr que la equidad en la educación sea una realidad. El objetivo no es fácil y en una época post-pandemia toma relevancia porque el proceso de aprendizaje se debe de transformar, reinventar y reimaginar para lograr que la educación cumpla con su objetivo dentro de la sociedad. 

No olvidemos que la calidad de la educación que reciben los estudiantes se correlaciona directamente con su calidad de vida en el futuro.

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