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Una educación en crisis y sin conexión a internet

La educación en América Latina y el Caribe enfrenta no solo una crisis de calidad y rezago tras la pandemia, sino también carece de apropiada conectividad.

Para Génesis, ir al quinto grado es mucho más que ir a la escuela. Es el regreso a clases presenciales luego de la pandemia. La virtualidad fue un desafío que para ella significó perder clases debido a la escasa o nula conectividad que tenía en casa.

Durante el cierre de las escuelas, muchos niños y niñas de América Latina y el Caribe como Génesis se enfrentaron a una situación que no podían resolver. Aprender en pandemia significaba tener buena conexión a internet en una región donde 1 de cada 4 hogares no cuenta con ese servicio.

Conoce la historia de Génesis

Un estudio del Banco Mundial revela que, desde el comienzo de la pandemia, los alumnos han perdido parcial o completamente en promedio dos tercios de los días de clases presenciales. Esto equivale a una pérdida estimada de 1,5 años de aprendizaje y afecta en mayor medida a los más pequeños y los más vulnerables. 

Estos impactos demandan acciones urgentes, coordinadas y a escala para impulsar el presente y futuro educativo de los niños y jóvenes de la región, estipulado en el compromiso regional lanzado por el Banco Mundial, UNESCO, UNICEF y el Diálogo Interamericano junto con los gobiernos de Chile, Honduras, Argentina y Ecuador. 

El rol de la conectividad en la educación

La recuperación de la educación no se llevará a cabo si las condiciones básicas para el aprendizaje no están disponibles para todos los alumnos por igual. Ese es uno de los grandes desafíos que enfrentan los países de América Latina y el Caribe. Es urgente asegurar que las herramientas para apoyar, enriquecer y diversificar el aprendizaje estén disponibles para aquellos que se encuentran en zonas remotas con acceso limitado.

A pesar de los avances en la ampliación del acceso a la tecnología educativa en los últimos años, la conectividad, especialmente en las zonas urbanas y rurales vulnerables, sigue siendo un obstáculo. El 32% de la población de América Latina y el Caribe, es decir, 244 millones de personas, de las cuales 46 millones viven en zonas rurales, no tienen acceso a Internet. Las estadísticas son incluso peores para la conectividad de las escuelas. 

Conectar actores clave para brindar conectividad

La conectividad significativa de las escuelas, los docentes y estudiantes que se encuentran en zonas remotas, no solo es un tema prioritario si no que puede ser el punto de encuentro entre diferentes actores de la sociedad como el sector privado, el sector público, la sociedad civil, los medios de comunicación, los organismos multilaterales y la sociedad en general.

Por ejemplo, el evento “Conectividad educativa en zonas complejas – Un llamado a resolver las brechas de conectividad en América Latina” contó con la participación de referentes en todos los ámbitos claves de diferentes países de la región.

Escucha las intervenciones en el evento

Ya antes de la crisis, la región enfrentaba una crisis educativa, con muy altos niveles de pobreza de aprendizaje e inequidades persistentes. La recuperación educativa con equidad va a ser muy difícil si el nivel de conectividad, que si bien es superior al de algunas otras regiones, estaba por debajo de la media, no aumenta significativamente

Emanuela Di Gropello, gerente de práctica para la educación en América Latina y el Caribe

Este encuentro demuestra la importancia de tomar acciones decididas y con una mirada a largo plazo, de lo contrario, el riesgo de obstaculizar el proceso de recuperación y perpetuar un problema que hace tiempo debemos haber resulto es demasiado alto. La conectividad no implica solo acceder a internet y a herramientas digitales. La conectividad garantiza el acceso a conocimientos libres y oportunidades de formación y capacitación a gran escala. 

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