La edición 17 de Virtual Educa, que se realizó en Bogotá del 13 al 16 de junio, dejó una serie de conclusiones acerca de cómo avanza la educación sumada a la tecnología, la innovación y nuevos conceptos en América Latina y el Caribe. El Pacto de Bogotá fue una de ellas.
Este acuerdo comenzó en 2013, en Medellín, cuando se llevó a cabo el primer encuentro de Virtual Educa en el país. Allí, siete ministros y nueve viceministros del hemisferio firmaron la Declaración de Medellín.
“Colombia es líder en la innovación educativa con el uso de las TIC en los sistemas educativos. Además tiene una serie de proyectos a través de Computadores para Educar, así como de los ministerios de las TIC y de Educación”, señala José María Antón, secretario general de Virtual Educa.
Es decir, a partir de esta declaración, Virtual Educa decidió llevar, junto con el Ministerio de Educación colombiano, los proyectos que se venían ejecutando en el país a los demás estados de la región para lograr un avance igualitario.
La segunda parte del proceso fue Virtual Educa Bogotá 2017, donde se llegó al Pacto de Bogotá, una declaración basada en la anterior con el fin de que Virtual Educa opere como una alianza global. Esta vez se contó con el apoyo de los entes que soportan institucionalmente a Virtual Educa: la Organización de los Estados Americanos (OEA), el Banco Mundial y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidad, a través de la fundación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Lo que hicimos fue convertir la Declaración de Medellín en el Pacto de Bogotá y así crear el Sistema Global de Innovación Educativa. Recuperamos el ejemplo de Colombia y ahora su modelo es global”, puntualiza Antón.