“Tres, dos, uno, ¡despegue!”, leía en inglés Michela Muñoz Fernández cuando tenía apenas tres años en su hogar en Madrid, España. Su madre le había comprado ese libro para aprender el idioma, uno de los cinco que acabaría hablando como adulta. Se trataba de un cuento sobre las misiones Apolo de la NASA. Así empezó a germinar su curiosidad sobre el espacio y la exploración de otros mundos. Hoy, tras 25 años de carrera como ingeniera, la doctora Muñoz se desempeña como ejecutiva del programa Retorno de las muestras de Marte en la sede de la NASA.

“Desde pequeña he tenido un interés innato en las misiones espaciales; el simple hecho de ver los lanzamientos en la televisión, especialmente de las misiones tripuladas, me creaba una gran emoción que no podía explicar”, dice Muñoz. “El poder trabajar en la exploración espacial ha sido un sueño desde que tengo uso de razón”.

Pero trabajar para la NASA no era solamente su sueño, sino un objetivo muy nítido hacia al cual se fue acercando con determinación. Disfrutaba estudiar, y contaba con el apoyo de su familia. “Especialmente mi madre, quien siempre me ha animado a perseguir mis objetivos y me ha ayudado con todo lo que ha podido”, cuenta Muñoz. Con esos ingredientes básicos inició sus estudios en ingeniería en telecomunicaciones.

La elección no fue casualidad. “El hecho de que Madrid albergase uno de los complejos de comunicaciones de espacio profundo de la NASA, parte de la Red del Espacio Profundo, me parecía muy interesante, y me inspiró a estudiar ingeniería en telecomunicaciones en mi intento de llegar a trabajar en la agencia algún día”, cuenta Muñoz.

La Dra. Michela Muñoz Fernández, una mujer de pelo largo y castaño, viste de blanco. Está parada mirando a la cámara y sonriendo, abajo a la derecha de la imagen. Al fondo, se ve un cohete blanco antes de despegar hacia el espacio con la nave espacial Juno. El cielo azul está mayormente despejado.
La Dra. Michela Muñoz Fernández siempre tuvo claro que quería trabajar para la NASA, y se preparó para alcanzar esa meta. En España, estudió ingeniería de telecomunicación y electrónica. Luego, completó un máster en ingeniería electrónica y un curso de postgrado en comunicaciones satelitales. Más adelante, cursó un máster de estudios espaciales en Francia, para el cual desarrolló la tesis en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA. Continuó con otro máster y un doctorado en ingeniería electrónica en el Instituto de Tecnológico de California (Caltech). Desarrolló su tesis doctoral, sobre comunicaciones ópticas para el espacio profundo, también en JPL. | Foto: Cortesía Dra. Michela Muñoz Fernández

Ese fue el primer paso en su carrera en la industria aeroespacial. Desde entonces, ha completado diversos estudios y trabajado en distintas misiones de vuelo tanto de la NASA como de la ESA (Agencia Espacial Europea). Entre ellas está Rosetta, la misión de la ESA para estudiar de cerca un cometa; Juno, la misión de la NASA que estudia el sistema joviano, y Artemis I, la primera de una serie de misiones lunares que allanarán el camino para enviar humanos a Marte en el futuro.

Además, Muñoz participó del proceso de selección de 2009 para el cuerpo de astronautas de la ESA, superando varias fases de pruebas.

De Marte a la Tierra

Aunque, al menos por ahora, no explorará el cosmos con un traje espacial, Muñoz desempeña un rol importante en una misión histórica para conocer más sobre nuestro planeta vecino, Marte. “El rol de ejecutiva de programa es complejo, pero básicamente soy la interfaz entre la central de la NASA y los centros de agencia donde se realizan los proyectos de ese programa”, explica.

En su puesto, bajo la Dirección de Misiones Científicas de la NASA, es responsable de garantizar que los diferentes proyectos del programa se ejecuten acorde a los requisitos y pautas de la agencia. “Eso implica una continua supervisión del progreso realizado por los distintos proyectos, asegurándome de que tengan acceso a los recursos necesarios y estén preparados para las diversas etapas de desarrollo y revisiones”, explica Muñoz.

Para la ingeniera, trabajar en la NASA es todo un privilegio. “El formar parte de un equipo tan profesional y preparado para llevar a cabo esta misión es un honor, y me entusiasma poder contribuir con mi experiencia para que nuestro programa tenga éxito”, asegura.

La campaña de retorno de muestras marcianas ya está en marcha y es extremadamente compleja. Las muestras, seleccionadas científicamente, están siendo recolectadas por el rover Mars Perseverance de la NASA en la superficie marciana, y se prevé que misiones futuras hagan posible traerlas a la Tierra para su análisis.

Esta misión, una colaboración entre la NASA y la ESA, marcará varios hitos en la exploración del universo. “Es la primera vez que vamos a hacer una misión de retorno de muestras de otro planeta a la Tierra; también la primera vez que lancemos un cohete desde otro planeta”, explica Muñoz. Esta campaña también hará historia con el primer encuentro espacial en órbita marciana: dos naves se encontrarán en pleno vuelo alrededor del planeta rojo para pasarse la cápsula conteniendo las muestras. Mira el siguiente video para aprender más sobre la ambiciosa misión.

Más diversidad

Llevar a cabo misiones tan complejas como esta requiere trabajar con personas diferentes, que puedan proporcionar sus respectivos puntos de vista. A lo largo de su extensa carrera en la NASA, Muñoz afirma que ha notado cada vez hay más mujeres en su campo, por ejemplo. “La diversidad es enriquecedora”, afirma.

“Ciencia y tecnología no entienden de género; tanto a chicas como a chicos se les puede dar bien todo tipo de materias. Todos somos capaces de perseguir una carrera científica, independientemente de que seamos hombres o mujeres. Nunca hay que limitarse y siempre hay que seguir la curiosidad y pasión que cada persona tenga”.

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