América Latina y el Caribe debe acelerar la transición hacia una economía circular mediante la actualización de sus leyes y una mayor colaboración con el sector privado para aumentar el financiamiento de ese tipo de proyectos. Esta es la conclusión del nuevo estudio liderado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP por sus siglas en inglés) y su iniciativa financiera (UNEP FI por sus siglas en inglés), con apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y BID Invest.
El estudio, «Desbloqueando el financiamiento de la economía circular en América Latina y el Caribe: catalizador para un cambio positivo«, analiza las políticas públicas y los instrumentos financieros para la circularidad en siete países y recomienda formas de avanzar en la implementación de la economía circular y mejorar la disponibilidad de financiamiento para empresas y proyectos en la región. El análisis muestra que los países están en el camino correcto hacia la circularidad y que una acción combinada con diferentes actores será clave para el cumplimiento de las metas climáticas.
La necesidad de pasar a modelos de producción y consumo sostenibles que reutilicen productos y preserven los recursos naturales no renovables en el mundo es hoy más urgente que nunca. La adopción de un enfoque económico circular permite a las instituciones financieras evaluar los modelos de producción y consumo e identificar nuevas soluciones para minimizar el desperdicio y la contaminación. Sin embargo, existe una gran brecha de inversión respecto de lo que se requiere para apoyar la transición urgente hacia modelos circulares de producción y consumo. El sector financiero y los organismos gubernamentales desempeñan un papel crucial en la aceleración de la transición circular mediante innovadores instrumentos y políticas financieras.
«Las finanzas circulares van más allá de la innovación y las finanzas verdes. También deben abarcar los requisitos para desarrollar una visión más amplia de la generación de valor, nuevos métodos de evaluación de riesgos, pensamiento a largo plazo y esfuerzos de colaboración», dijo Susana Cordeiro Guerra, Gerente del Sector de Instituciones para el Desarrollo del BID. «Este informe ayuda tanto a los gobiernos como a las instituciones financieras a identificar oportunidades para asegurarse de que las inversiones contribuyan a generar economías más sostenibles y equitativas en la región», añadió.
El estudio recomienda que los países actualicen y adapten sus leyes ambientales para complementar la legislación relacionada con las economías circulares y crear taxonomías, definiciones y mediciones para ayudar a empresas e inversores a definir qué actividades están alineadas con los principios de la economía circular.
Los países también deben trabajar estrechamente con el sector privado para crear un ecosistema financiero de economía circular en el que las instituciones financieras públicas y privadas cooperen en la provisión de instrumentos y mecanismos financieros para apoyar negocios y proyectos circulares en distintos niveles de madurez. Dicha interconexión puede ayudar a desarrollar mercados circulares locales y optimizar la asignación de recursos.
“La pandemia puso de manifiesto la relevancia de las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y las cadenas de suministro de América Latina y el Caribe para manejar la volatilidad y la escasez de materiales. La economía circular potencia cadenas de valor más resilientes e inclusiva porque genera innovación, reduce los desechos y la contaminación y aumentar la eficacia”, dijo Alexandre Meira da Rosa, Director General de Estrategia de BID Invest. “Este informe proporciona mejores prácticas para reducir la brecha de circularidad, fomentando la transición sin dejar atrás a los grupos vulnerables”.
Finalmente, el informe recomienda que gobiernos e instituciones financieras ayuden a las mipymes a convertirse en impulsoras clave de la economía circular, ayudándolas a desarrollar capacidades, integrándolas en las cadenas de valor y ofreciéndoles financiamiento para apoyar sus esfuerzos por adaptar o modernizar sus operaciones.
«La única forma de superar la triple crisis planetaria que enfrentamos sobre el cambio climático, la pérdida de la naturaleza y la contaminación será lograr que todos los actores económicos unan sus fuerzas para buscar soluciones innovadoras que amplíen las inversiones e impulsen un futuro sostenible e inclusivo para todos», dijo Eric Usher, Jefe de la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP FI). «Las instituciones financieras y los gobiernos deben trabajar juntos para llevar financiamiento hacia modelos de negocios circulares que contribuyan a crear una economía global justa, regenerativa y circular», agregó.
“La economía circular propone un modelo económico resiliente, diverso e inclusivo que crea oportunidades para un crecimiento sostenible contrario a la mentalidad de ‘tomar, fabricar y desechar’. Fomenta la productividad económica a largo plazo y los empleos verdes, a la vez que hace frente a desafíos mundiales como la mencionada triple crisis. Este estudio hace parte de un trabajo más amplio del PNUMA con la Coalición de Economía Circular para América Latina y el Caribe, donde varios actores de la región trabajan para estimular a gobiernos y sector privado a que caminen en esa dirección”, comenta Beatriz Martins Carneiro, Coordinadora Regional de Transformaciones Financieras y Económicas del PNUMA.
El estudio fue cofinanciado por el Ministerio Federal de Medio Ambiente, Protección de la Naturaleza, Seguridad Nuclear y Protección de los Consumidores de Alemania (BMUV) y la Comisión Europea. La investigación y la revisión técnica fueron realizadas por el Instituto Escolhas y Exchange 4 Change Brasil.