Desde hace ocho años, el Dr. Fernando Reimers dirige la Iniciativa Global de Innovación Educativa de la Universidad de Harvard. En el Foro de la Juventud por el Futuro de la Ciudadanía, organizado por Virtual Educa y el Instituto Nacional Electoral de México, Reimers alentó a los líderes juveniles de los partidos políticos a hacerse cargo de su liderazgo, en tanto los alertó a que éste tendrá que llevarse a cabo en el contexto complicado “del gran marcador de nuestros tiempos”, la pandemia de COVID-19, que consiste en “una crisis de todo tipo que está complicando la vida de la gente y de las naciones”.
No obstante el desafío, como experto en ciudadanía global, Reimers destacó la importancia de tener visiones positivas. “No debemos solamente tener conciencia de las crisis que queremos evitar, sino una visión de cuál es el mundo que tratamos de construir. Desde mi punto de vista, no hay visión más incluyente y sustentable que los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que nos invitan a imaginar un mundo donde quepamos todos y donde resolvamos nuestras diferencias sin violencia y donde nos relacionamos con el planeta de una manera sustentable”.
Para Fernando Reimers no existe otra opción que la de construir un mundo mejor. “Creo que la aspiración de regresar al mundo anterior de la pandemia es una aspiración muy pobre. Porque ese mundo que conocimos ya tenía desafíos de gobernabilidad, de fragmentación social, de violencia, de exclusión, de desigualdad, de pobreza, sin dejar de mencionar, el cambio climático. Todos estos desafíos se complicaron con la pandemia”.
En este sentido, Reimers -quien coincide con la visión del secretario general de la ONU, António Guterres, quien caracteriza a la pandemia como una crisis total- está convencido de que la recuperación va a requerir de un nuevo liderazgo que deberá estar “orientado por la compasión y por la solidaridad”.
El factor COVID en la Educación
Para poner en perspectiva lo que está en juego, en los Estados Unidos de América cada cuatro años el Consejo Nacional de Inteligencia produce un informe que destaca los principales desafíos que enfrenta el país. “El informe publicado en marzo de 2021, titulado Tendencias Globales 2040, habla de la creciente fragmentación social como el principal desafío de nuestra época. Un tercio del informe está dedicado al COVID, se llama el Factor COVID”, señala Reimers.
“Hablando específicamente del tema educativo, ésta es una de las esferas en las cuales el COVID va a tener un impacto muy pernicioso”, indica el informe según detalla Reimers. El COVID va a reducir la capacidad fiscal de los gobiernos de inversión ya que los países han tenido que atender la emergencia sanitaria y mitigar el impacto económico de las recesiones producto de la misma pandemia. “Por lo tanto, habrá menos plata para educación y para muchas otras cosas. Las familias también tienen menos dinero porque la recesión económica ha desplazado a mucha gente, llevándola a la marginación social y económica. Además, existe un impacto en la salud física y psicológica de las personas. Las escuelas han estado interrumpidas en su funcionamiento regular y los arreglos que se han hecho para seguir funcionando han sido deficientes, y luego está el efecto multiplicador de la pandemia en otros desafíos”, explica Fernando Reimers.
“Mi invitación para los jóvenes es que tomen la iniciativa de participar en el mejoramiento de los sistemas educativos”, convoca Reimers en su calidad de director del Programa de Maestría en Política Educativa Internacional de la Universidad de Harvard. Para ello, hace especial referencia al libro ‘Empoderar Ciudadanos Globales: El Curso Mundial’, que escribió junto a un equipo de profesores de la Universidad de Harvard. Se trata de un programa de estudios, que se extiende desde kinder hasta el último grado de bachillerato, que consiste en el aprendizaje basado en proyectos; y que está diseñado para que los estudiantes adquieran capacidades cognitivas, inter e intrapersonales, conectando los aprendizajes con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. “No se trata de explicar cuáles son los ODS, sino que los estudiantes logren desarrollar capacidades científicas y de innovación, su creatividad, la habilidad de colaborar con los demás, etcétera”.
Una de las cosas que hace a la educación más efectiva es que sea auténtica y relevante. Esto significa, que el estudiante entienda la conexión entre lo que está aprendiendo y los problemas del mundo real, y que los aprendizajes se conecten con valores que son importantes para el estudiante. “Encontrar experiencias de aprendizaje auténticas y relevantes es la excepción más que la norma. El currículum del Curso Mundial busca normalizar ese proceso. Las metas complejas, como preparar a las personas para la ciudadanía global, pueden alcanzarse con intervenciones relativamente sencillas que le expliquen a los docentes qué hacer para ir llevando, poco a poco, a sus estudiantes de ser novicios a ser expertos en todas las habilidades que requiere el siglo XXI”, señala Reimers.
Informe de la UNESCO sobre el futuro de la Educación
En su calidad de miembro de la Comisión Internacional sobre Los futuros de la educación de la UNESCO, el Dr. Fernando Reimers participó de la elaboración del informe ‘Reimaginar juntos nuestros futuros: un nuevo contrato social para la educación’ que se ha nutrido de un proceso mundial de consultas en el que han participado aproximadamente un millón de personas. El documento insta a los gobiernos, las instituciones, las organizaciones y los ciudadanos de todo el mundo a preparar un nuevo contrato social en materia educativa que permita colaborar con el objetivo de forjar futuros pacíficos, justos y sostenibles para todas las personas.
‘Reimaginar juntos nuestros futuros’ plantea que la humanidad y el planeta Tierra se encuentran en peligro, por lo que se hace necesario adoptar medidas consensuadas de forma urgente para cambiar de rumbo y replantearnos el futuro.
En el plano educativo se plantean desafíos nuevos, urgentes e importantes. El informe aborda de forma detallada las tecnologías digitales, el cambio climático, el retroceso democrático y la polarización social, y el incierto futuro de la esfera laboral. El documento de la UNESCO no solo pretende contribuir a que todas las personas participen en la conversación sobre la educación y promover la reflexión, sino también insta a todos los individuos a actuar. “Es una invitación a un diálogo enormemente incluyente, democrático y participativo”, destaca Reimers. “Es una invitación al liderazgo de todos y cada uno de ustedes -dirigiéndose a los jóvenes que participan del Foro de la Juventud-, a tomar el informe, leerlo, y a co-construir las implicaciones de las ideas que están en este informe, para las comunidades de las que forman parte”.
La tesis fundamental del informe sostiene que a través de millones de actos individuales y colectivos caracterizados por su valentía, liderazgo, resistencia, creatividad y atención, cambiaremos de rumbo y transformaremos el ámbito educativo a fin de forjar futuros justos, equitativos y sostenibles.
“Ya hay diferentes comunidades, muchas lideradas por jóvenes, que están discutiendo el informe”, continúa explicando el profesor Reimers. “En la Universidad de Harvard, un grupo de mis estudiantes ha creado una organización estudiantil que ha invitado a estudiantes no solamente de la facultad de Educación sino de las escuelas de Leyes, de Política Pública, de Negocios, de Salud Pública… porque la premisa que ellos tienen es que si la cultura de la educación va a cambiar es porque todos los profesionistas se interesen en que cambie y ellos de momento están leyendo y discutiendo el informe para preguntarse: ‘¿y a nosotros qué nos toca hacer?’. La ambición que tienen es que este diálogo que están iniciando en Harvard pueda extenderse a las 28.000 universidades que existen en el mundo”.
Propuestas para renovar la educación
“El informe de la UNESCO se plantea cinco puntos de cambio y, a diferencia de los dos informes anteriores, se mete muy de lleno en el tema de cómo se hace la educación, cómo se aprende, cómo se enseña y propone repensar la pedagogía y desarrollar una pedagogía de la solidaridad que le enseña a las personas no solamente a hacerse cargo de su vida, sino de poder colaborar con los demás para enfrentar los desafíos de la humanidad”, destaca Reimers.
Los cinco puntos de cambio a los que se refiere el profesor Reimers, podríamos resumirlos de la siguiente manera:
- La pedagogía debería organizarse en torno a los principios de cooperación, colaboración y solidaridad.
- Los planes de estudios deberían hacer hincapié en un aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario que ayude a los alumnos a acceder a conocimientos, y producirlos, y que desarrolle al mismo tiempo su capacidad para criticarlos y aplicarlos.
- La enseñanza debería seguir profesionalizándose como una labor colaborativa en la que se reconozca la función de los docentes de productores de conocimientos y figuras clave de la transformación educativa y social.
- Las escuelas deberían ser lugares educativos protegidos, ya que promueven la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo, y también deberían reimaginarse con miras a facilitar aún más la transformación del mundo hacia futuros más justos, equitativos y sostenibles.
- Deberíamos disfrutar y acrecentar las oportunidades educativas que surgen a lo largo de la vida y en diferentes entornos culturales y sociales.
Por último, el profesor Reimers convocó a los estudiantes y a los jóvenes líderes “a que ejerciten sus propias capacidades ciudadanas haciéndose cargo de construir las implicaciones de este informe sobre los futuros de la educación en los espacios sobre los que cada uno tenga incidencia, ya sea la escuela local, la universidad local, un sistema educativo o una organización de educación” porque, como bien señala el informe “es esencial que todos podamos contribuir a forjar los futuros de la educación: niños, jóvenes, padres, docentes, investigadores, activistas, empleadores, líderes culturales y religiosos…”.
Tenemos tradiciones culturales profundas, ricas y diversas que pueden servir de cimiento, y como seres humanos contamos con una gran capacidad de acción colectiva, inteligencia y creatividad. Ahora nos enfrentamos a una importante disyuntiva: seguir por un camino insostenible o cambiar radicalmente de rumbo. Establecer un nuevo contrato social para la educación es un paso fundamental para reimaginar juntos nuestros futuros.