Los números hablan por sí solos: 15.000 asistentes presenciales, 175.000 asistentes virtuales provenientes de 74 países, 252 speakers. Esa masividad convoca la cumbre anual de Virtual Educa, que en su 23° edición se realizó en Medellín, Colombia.
Hablaron en Virtual Educa figuras como la astronauta análoga colombiana Giovanna Estefanía Ramírez, el director de Instituto Internacional de UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe, Dr. Francesc Pedró, la doctora catarí Asmaa Al-Fadala, directora de Investigación y Desarrollo de Contenidos en WISE, el presidente de la división sobre el Futuro del Trabajo en Singularity University, Gary A. Bolles; también el fundador y CEO de Platzi, Fredy Vega, entre muchísimos otros invitados internacionales.
Esta es la segunda vez que el evento se realiza en Medellín. “Hemos vuelto”, explica Jorge Anton Jornet, director gerente de Virtual Educa, “porque esta es la primera ciudad de Colombia declarada como Distrito de Ciencia, Tecnología e Innovación”. La búsqueda de los organizadores fue la de profundizar la idea de la transformación de la educación. “Eso sólo se consigue al entender que la base es la innovación, y que la innovación tiene que apoyarse en las tecnologías educativas”, dice Anton, “y en el momento en que juntamos innovación, tecnologías educativas y metodologías activas es cuando estamos haciendo una educación del futuro para nuestros alumnos y alumnas”.
—En los más de 20 años de Virtual Educa, ¿cómo siguieron la evolución de la educación y, sobre todo, la educación a distancia?
—Ustedes seguro conocen una de las universidades más importantes de España, que es la UNED, la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Aún recuerdo cuando a mi hermano, que estudiaba en la UNED, le llegaban cintas de cassette para escuchar y el material por correo. Esa era la educación a distancia. Internet ha barrido todas las fronteras. Nos permite acceder a cualquier lugar del mundo, a cualquier contenido y a cualquier conocimiento. En un momento pensamos que, después de veintidós años de encuentros Virtual Educa, teníamos que hacer minería de datos. En general, en cada convocatoria recibimos unas quinientas ponencias, de las cuales, dependiendo del evento, escogemos entre cien y doscientas. Todas las tenemos en un repositorio. Si fuéramos capaces de hacer una minería de datos, veríamos la evolución.
Me hace gracia cuando alguien dice que han regalado computadores. ¿Y? ¿Qué más? Un computador es necesario y fundamental, pero ¿dónde está lo que acompaña?
—Pero, ¿si le pidiera una impresión aunque sea a pulso?
—Es que, desde el sobre con los cassettes y los libros hasta tener una formación online virtual, la evolución ha sido tremenda. Hoy todas las universidades tienen una sección virtual y todas ofrecen contenido y formación hacia todo el mundo con gran interés. Recuerden que fue el MIT la institución que abrió los moocs [Massive Online Open Courses o cursos online masivos y abiertos] al mundo. Ahí descubrimos la potencia. Eso sí que es igualar. ¡Tener esos contenidos del MIT…!
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—¿Cómo es la manera correcta de integrar la tecnología en la educación?
—Tiene que incorporarse con un sentido. Me hace gracia cuando alguien dice que han regalado computadores. ¿Y? ¿Qué más? Un computador es necesario y fundamental, pero ¿dónde está lo que acompaña? En el encuentro de Virtual Educa, nosotros mostramos todo lo que acompaña a ese computador: todas las soluciones, todas las aplicaciones. Tenemos socios que muestran cómo debe ser ese aprendizaje. El computador es necesario, pero, lógicamente, no es suficiente.
—¿Qué datos toma para sostener que la tecnología mejora el rendimiento del aula?
—Hoy en día hay estudios por todas partes. Sin duda, por los datos que nosotros tenemos, hay un verdadero impacto. Para nuestros hijos, la tecnología es parte de su propia mano, de su propia identidad. ¿Ustedes piensan que nosotros podemos decirles a nuestros hijos que se sienten en el escritorio y abran el libro? La tecnología impacta porque propone soluciones. A través de la gamificación potenciamos muchísimo el aprendizaje de los alumnos. A través de la tecnología —cualquier aplicación tecnológica—, hay una ingente cantidad de aplicaciones que mejoran la educación. Y la mayoría de ellas son free. Todo el mundo la tiene a su disposición.