Nuevos tiempos, nuevos valores, nueva economía, nueva sociedad, nueva tecnología, pero ¿nueva educación? ¿Realmente estamos ante un cambio real en el paradigma de la transformación digital en la educación o estamos haciendo lo mismo, pero con herramientas más modernas y digitales?

La Universidad del Futuro, bautizada como 4.0 por el catedrático Antonio Pulido, debe responder ya a las necesidades y desafíos de un entorno en constante evolución, y la cultura digital debe ser un aliado para conseguir este gran reto que tiene la educación superior ante sí.

Para conseguirlo hay que ir más allá de la tecnología, de las herramientas TIC, y hacer un cambio de chip para diseñar una estrategia global y transversal que lo abarque todo, desde los procesos, los sistemas, la metodología y la mentalidad. En este sentido, todo el personal universitario debe formar parte de esta transformación digital en la educación y contagiarse de las nuevas formas de interacción, herramientas y formas de trabajar de esta nueva era.

Transformar los procesos o crear de nuevos para hacerlos más eficientes

La Universidad debe adaptarse a esta nueva realidad digital para trascender la innovación en la vida académica, procesos, formación e investigación y llegar a la transformación. Las herramientas TIC de nueva generación serán esenciales a la hora de conectarse al mundo empresarial y responder a las necesidades de la sociedad actual de forma competitiva y funcionalmente eficaz.

Así lo refleja el último informe UNIVERSITIC 2017, un análisis de las TIC en las universidades españolas, que revela que las necesidades tecnológicas básicas y de equipamientos están más o menos cubiertas y hace una llamada a usar la tecnología para transformar los procesos ya existentes o para crear de nuevos más eficientes. Es lo que los expertos han llamado digitalizar como sinónimo de “usar las tecnologías de la información para ofrecer soluciones más eficientes a necesidades ya existentes”.

En ese sentido, el mismo Antonio Pulido defiende que la universidad debe ser la abanderada de ese cambio transversal y disruptivo para crear un nuevo sistema educativo, con la innovación como punta de lanza. Para ello, propone una nueva fórmula para esta Universidad 4.0 en la que la clásica I+D+i, se convierte en F+I+D+i siendo “la F la formación universitaria basada en la investigación para impulsar el desarrollo y la innovación científica y académica”.

La Universidad del futuro: el estudiante en el centro

El principal peligro que acecha a estas instituciones es permanecer impermeables a los cambios globales que la rodean, no adaptarse a los avances científico-tecnológicos-estratégicos y quedarse obsoletas. Su versión 4.0 pasa por tomar las riendas del proceso de transformación digital en la educación y reinventarse de la mano de la innovación.

¿Cómo hacerlo? Siguiendo las indicaciones del informe “University of the Future. Bringing Education 4.0 to life” se trata de reenfocar el sistema educativo poniendo al estudiante en el centro y evolucionando de la enseñanza tradicional al aprendizaje activo (from teaching to learning) con la transformación digital como requisito de fondo indispensable. No basta con evolucionar parcialmente el modelo educativo actual, hay que transformarlo creando modelos digitales nuevos o digitalizando los modelos actuales.

Universidad digital, innovadora, abierta y en red

En este nuevo escenario, los centros de enseñanza superior deben ser espacios digitales vivos, abiertos, innovadores, multiparticipativos (universitarios, industria, empresa y sociedad) e interconectados con el presente y el futuro. El reto que debe asumir ya la Universidad es preparar a los estudiantes para que puedan resolver problemas reales, generando el conocimiento necesario y el espíritu crítico que aporte soluciones al mundo.

Enseñanza más flexible y personalizada

El informe “Top IT Issues 2020. The drive to digital transformation begins”, elaborado por EDUCAUSE, también coincide en el papel protagonista del estudiante en este nuevo modelo, acompañado de una flexibilidad y personalización de la enseñanza, pasando de una única docencia para todos a una hecha a la medida de cada alumno. En este nuevo panorama debemos aprovecharnos de los avances del Big Data, su análisis y todo el potencial de la inteligencia artificial para ofrecer un asesoramiento personalizado y diseñar un plan de estudio individualizado para cada estudiante.

Como decíamos al principio del post, los tiempos están cambiando y la universidad no puede limitarse a enseñar y formar de la manera tradicional. Una nueva generación de estudiantes empuja para convertir los espacios educativos de siempre en entornos de pensamiento crítico que favorezcan la inteligencia colectiva, el aprendizaje colaborativo y el desarrollo ágil de los procesos. Ese cambio cultural hacia lo digital en el sí de las universidades será lo que las haga evolucionar, innovar y utilizar la tecnología que ya tienen para adaptarse al mundo digital.

Es el momento de arriesgar, gestionar el cambio, modernizar procesos, mentalidades y conductas, primando las redes de colaboración flexibles sobre las rígidas jerarquías. El impacto del Covid-19 a nivel educativo ha supuesto un acelerón en este proceso de transformación de la forma de enseñar, aprender y coordinar, así como del funcionamiento de las instituciones. Aprovechando este contexto, hemos entrevistado a los responsables de las más prestigiosas universidades latinoamericanas para cuestionarles sobre su visión de la universidad del futuro y cómo adaptarla a las necesidades particulares de una gama de estudiantes cada vez más diversa y ofrecerles una educación de valor.

Todas estas propuestas han sido reunidas por D2L en un informe sobre la “Universidad del Futuro” que puede ser descargado en este enlace.

A N U N C I O