El Dr. Alejandro Piscitelli, docente e investigador argentino especializado en nuevos medios, titular del Laboratorio de Innovación Pedagógica de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, participó del Foro de la Juventud por el Futuro de la Ciudadanía, donde acercó la idea de un nuevo alfabetismo para navegar la complejidad del tiempo que nos toca vivir, al que definió como “un momento de problemas malditos”.
“Los problemas malditos son una situación donde todos los problemas no pueden reducirse a soluciones simples ni a iniciativas claras, especialmente en el campo de la política”, explicó Piscitelli. “Una sugerencia importante para cuando queramos hacer política, política pospandémica, política intrapandémica o política para los próximos 20 ó 50 años, es revisar primero qué entendemos por educación y qué entendemos por aprendizaje y qué entendemos por entrenamiento. Un ser educado, en estos momentos, tiene que ser competente en distintos niveles de alfabetismo, de storytelling, de conocimiento de la realidad, a través de los gráficos, los números. Y tiene que ver básicamente con una visualización de la información totalmente distinta a la que tenemos en este momento”.
“Estamos viviendo una tensión histórica asociada a Internet, pero que no tiene que ver estrictamente con Internet sino con sus transformaciones culturales: un mundo de lógica de plataformas, de novelas gráficas, de la mirada feminista, de objetos culturales vagamente identificados, nuevas realidades, la ciencia ficción que, en el caso de la pandemia, se convierte un nuevo realismo…”, enumeró Piscitelli para describir el mundo en que vivimos. “¿Qué cosas estamos perdiendo frente a Internet? Evidentemente nadie quiere anclarse en el pasado y todos queremos llegar al futuro en mejores condiciones. Pero no tenemos que olvidar que cada ganancia tecnocultural implica una pérdida tecnocultural. Tenemos que saber la forma de lo que estamos perdiendo y también la forma de lo que estamos ganando”.
Nuevas lecturas y factfulness
Lo que estamos ganando, por ejemplo, es la posibilidad de realizar nuevas lecturas o polialfabetismos, como indicó Piscitelli, a partir de la información que nos ofrece internet. En su conferencia, el experto en nuevos medios, mencionó sitios web como visualcapitalist.com que abren la posibilidad de una lectura de la realidad a través de un tipo de infografías que antes no teníamos.
Otro de las herramientas que destaca Piscitelli para navegar esta nueva complejidad es el factfulness, que podríamos traducir como la disciplina de actuar con objetividad, basándonos en hechos comprobables. “Si queremos hacer política, una nueva política, tenemos que trabajar con evidencia, con datos, con información”. Para ello, el experto citó el libro ‘Factfulness’ de Hans Rosling, una eminencia del análisis y divulgación de tendencias globales, que explica por qué somos más pesimistas de lo que en realidad deberíamos ser dada la situación real de nuestro mundo, a la vez que describe los instintos que nos hacen distorsionar nuestra visión. Este autor desarrolló el sitio web gapminder.org que, por medio de diagramas de burbujas, muestra una línea de tiempo con la evolución de datos como el ingreso per cápita y la expectativa de vida. “Es muy potente para poder ver las cosas desde otra perspectiva”, señaló Piscitelli.
Antidisciplinas y polímatas
¿Cómo hacemos para conocer el pulso del mundo, para saber qué está pasando? ¿Cómo nos formamos en esto? En su exposición ante los jóvenes líderes, Piscitelli sugirió trabajar antidisciplinariamente. “Ya no alcanza con las interdisciplinas ni alcanza con las transdisciplinas. Tenemos que pensar en las antidisciplinas”. Las instituciones más innovadoras y que están a la vanguardia nos están enseñando que se puede trabajar de otra manera. “En ese sentido, les aconsejo a los jóvenes mirar con mucha atención lo que está haciendo el Media Lab del MIT, donde ellos ya no trabajan por disciplina, sino que están trabajando, por ejemplo en macroconexiones, óperas del futuro, computación social y neurobiología sintética. Pero esto no les alcanza, así que están haciendo diseños para lo que creen que se va a estudiar en el año 2050 y un horizonte todavía de más largo plazo: ciencia de los salvajes, máquinas encantadas, diseño de comunidad, que tiene mucho que ver con el futuro de la política y el diseño de nuevas instituciones”.
Para Piscitelli, la formación de los jóvenes del futuro es muy probable que siga el modelo de los polímatas, personas o instituciones que piensan y actúan sobre la realidad desde múltiples puntos de vista simultáneamente. “Esta visión múltiple la comparten instituciones como el MIT Media Lab y el Strelka Institute de Rusia, que está trabajando sobre gobernanza a nivel planetaria y en un proyecto que se llama la Terraformación de la Tierra, los nuevos normales”.
En definitiva, lo que Piscitelli planteó en el Foro de la Juventud es que “la formación universitaria actual no sirve para entender qué está pasando, no nos permite diseñar un futuro que sea para todos, no nos permite evitar la aparición de virus como el que produjo la pandemia. ¿Por qué? Porque trabajamos de manera reduccionista todos los saberes y todos los conocimientos. Por eso, lo que estamos proponiendo ahora es una combinación, donde cada persona tenga una lectura que incluya algo de arte, algo de ciencia, algo de diseño, algo de ingeniería”.
Respecto a este nuevo modelo de enseñanza, Piscitelli destacó la figura de Neri Oxman, arquitecta, diseñadora y profesora en el MIT Media Lab, donde dirige el grupo de investigación Mediated Matter. Oxman es conocida por el arte y la arquitectura que combinan diseño, biología, computación e ingeniería de materiales. “Ella nos dice que si queremos imaginar el futuro, si queremos diseñar un futuro con sorpresas -y lo del virus fue una gran sorpresa- y queremos cambiar la realidad, tenemos que adentrarnos en la intersección del diseño computacional, la manufactura aditiva -que son las impresoras 3D y 4D-, la ingeniería de materiales que nos permitirá trabajar con materiales inéditos, totalmente distintos a lo que teníamos, y con los que podremos imaginar nuevos tipos de ciudades, nuevos tipos de hábitat, nuevos tipos de entornos: y sobre todo, la biología sintética, que tiene que ver con el diseño de nuevas formas de vida”.
Retomando el concepto de los “problemas malditos”, para solucionarlos “tenemos que tener nuevas habilidades de prototipado, nuevos tipos de entrenamientos, habilidades que sean tanto virtuales como como físicas, tanto analógicas-materiales como digitales. En ese sentido, lo que se impone en este momento es una reinvención de la articulación tecnología-naturaleza. Todo lo que se está diciendo ahora sobre si la tecnología es buena o mala es un simplismo que no lleva a ningún lugar”, señaló el especialista argentino.
También, durante la exposición ante los jóvenes líderes políticos, Piscitelli señaló que el poder de la tecnología -a modo de ejemplo mencionó el proyecto de los Emiratos Árabes Unidos de crear un Ministerio de Inteligencia Artificial y el recital en Londres con los avatares de ABBA- nos hizo creer que éramos invencibles. Pero la realidad, en forma de virus, se impuso. “Volvió la peste y la peste tiene raíces absolutamente materiales y nos encontró totalmente desunidos, confinados en nuestros pasaportes”. En este sentido, recomendó el libro ‘The Game’ de Alessandro Baricco. “Qué clase de locura era la vida que llevábamos, porque parece que todas las decisiones humanas de los últimos 50 años lo único que hicieron fue crear las condiciones para la pandemia”.
Una nueva manera de mirar las cosas
¿Cuáles pueden ser las políticas en la era de la complejidad? Si la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo, entonces, ¿qué futuro queremos inventar? “El diagnóstico lo tenemos. Están en los 17 objetivos de Desarrollo Sustentable de Naciones Unidas”, enumeró Piscitelli. ¿Cómo podemos resolverlos? ¿Cuál sería una política para resolver los problemas de la humanidad? El especialista en nuevos medios no tiene todas las respuestas. Pero nos ofrece una pista: “La política, la tecnología y la democracia son rehenes de la tradición. Si queremos construir una nueva democracia, una nueva política, una nueva manera de mirar las cosas, y si queremos dar a los jóvenes la libertad que han perdido en el tipo de formación disciplinaria, sin sorpresa, y reñida con la naturaleza, el mejor camino es seguir algunos de los puntos que hemos tratado en esta exposición”.