La UNESCO y el Banco Mundial se han asociado por primera vez en una iniciativa conjunta para fomentar las industrias culturales y creativas en las ciudades como parte de su recuperación y desarrollo durante y después de la pandemia de la COVID-19.
En su documento de posición, publicado el 21 de mayo, la UNESCO y el Banco Mundial presentan el marco de acción Ciudades, Cultura y Creatividad para que las ciudades sean más creativas, habilitando ecosistemas sostenibles en los que las industrias culturales y creativas puedan alcanzar todo su potencial para contribuir al crecimiento económico, la vitalidad urbana, la inclusión social y la innovación.
La economía creativa es uno de los sectores de más rápido crecimiento de la economía mundial. Genera ingresos, crea puestos de trabajo y aporta ingresos por exportación. Las industrias culturales y creativas aportan unos ingresos mundiales anuales de 2.250.000 millones de dólares y unas exportaciones de más de 250.000 millones de dólares, y proporcionan casi 30 millones de puestos de trabajo en todo el mundo y emplean a más personas de entre 15 y 29 años que cualquier otro sector. En momentos en que el sector cultural se ha visto devastado en todo el mundo por la crisis de la COVID-19, las industrias culturales y creativas poseen un potencial sin explotar que puede ayudar a las ciudades del mundo a recuperarse y ganar resiliencia.
Ciudades, Cultura y Creatividad se basa en estudios mundiales y en las lecciones aprendidas de nueve ciudades diferentes de todas las regiones, desde Brazzaville hasta Madaba y Seúl, que han colaborado con el Banco Mundial y la UNESCO y han aprovechado su creatividad, logrando resultados socioeconómicos positivos. El texto destaca políticas e intervenciones integradas en seis áreas que pueden permitir la emergencia de ciudades creativas: infraestructura urbana y habitabilidad, habilidades e innovación, redes y apoyo financiero, instituciones y regulaciones inclusivas, singularidad y entorno digital.
El estudio proporciona principios rectores y recomendaciones que ofrecen ejemplos concretos de políticas, programas e inversiones a corto y largo plazo que las ciudades pueden poner en marcha para ayudarlas a recuperarse de la pandemia actual y de sus efectos en las economías, creando un entorno duradero y propicio para que prosperen las industrias culturales y creativas.
Se espera que el marco se aplique en diferentes regiones del mundo mediante una serie de proyectos piloto conjuntos de la UNESCO y el Banco Mundial.