Conversamos con Germán Escorcia, director de Innovación de Virtual Educa y autor de Democracia desde la nube, uno de los capítulos del libro Nuevos escenarios en América Latina: democracia, innovación y tecnología, de reciente publicación.

En el libro, editado conjuntamente por Virtual Educa, el Instituto Nacional Electoral de México (INE) y la Escuela de la Buena Política, Escorcia explora cómo las tecnologías digitales exponenciales están llevando a nuestra civilización hacia una sociedad de la imaginación y la creatividad. Menciona tecnologías como la nube, la inteligencia artificial, el internet de las cosas y los satélites inteligentes, que juntas están creando nuevas oportunidades y redefiniendo nociones fundamentales como democracia, participación y ciudadanía. Asimismo, hace referencia a la noción de ciudadanía global y ciudadanía digital, y menciona la idea de una ciudadanía virtual donde el ciudadano ejerce la titularidad de identidades virtuales alternativas y las responsabilidades concomitantes.

Tecnologías e información: retos y oportunidades para la democracia

De acuerdo a Escorcia, las tecnologías han cambiado radicalmente la forma de comunicarnos e informarnos en el mundo actual. Antes, los medios de comunicación eran los que controlaban el flujo de información y lo hacían de manera unidireccional. La gente solo podía leer el periódico o ver la televisión y aceptar lo que se les decía. Ahora, “con la aparición de internet, se ha creado un espacio global y bidireccional donde todos pueden participar y expresarse libremente”. Esto supone un avance histórico para la libertad de información y una oportunidad para la democracia directa.

La democracia directa es una forma de organización social donde los ciudadanos tienen un papel activo en la toma de decisiones. No se limitan a elegir a sus representantes políticos, sino que también pueden intervenir en las cuestiones que les afectan directamente. Para ello, cuentan con el apoyo de las nuevas herramientas tecnológicas “que facilitan la comunicación, la colaboración y la transparencia entre los diferentes actores sociales: empresas, organizaciones, comunidades y academias”.

Sin embargo, este espacio -señala el director de Innovación de Virtual Educa- también tiene sus riesgos y desafíos. Por un lado, “hay que garantizar el acceso equitativo a las tecnologías y evitar las brechas digitales que puedan generar exclusión o discriminación”. Por el otro, “hay que proteger los derechos fundamentales de las personas frente a posibles amenazas como la desinformación, el ciberacoso o la vigilancia masiva”. Además, hay que fomentar una cultura crítica y responsable que permita discernir entre las fuentes fiables y las falsas.

“La tecnología nos ofrece una oportunidad única para mejorar nuestra sociedad y nuestra democracia. Pero también nos plantea nuevos retos que debemos afrontar con inteligencia y compromiso”.

Un nuevo desafío: la ciudadanía digital

Las nuevas tecnologías que describe Germán Escorcia han traído consigo una serie de cambios y avances que afectan todos los ámbitos de la vida. Internet de las cosas, inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, conectividad en órbita son algunos de los ejemplos más destacados de estas innovaciones que nos ofrecen nuevas posibilidades y desafíos.

Uno de estos desafíos es el de la ciudadanía digital. Se trata de un concepto que hace referencia a la forma en que las personas se relacionan e interactúan en el espacio virtual. “Este espacio ya no es solo un medio de comunicación o información, sino también un lugar donde se generan negocios, se crean comunidades y se participa en la sociedad”, asegura el autor de Democracia en la nube.

“La ciudadanía digital implica tener una serie de derechos y deberes que deben ser respetados y cumplidos por todos los actores involucrados”. Por ejemplo, el derecho a la privacidad, a la libertad de expresión, a la educación o a la participación. Pero también el deber de ser responsable, crítico, ético y solidario con los demás.

Sin embargo, este espacio también plantea una serie de riesgos y dilemas que debemos afrontar con inteligencia y criterio. Por ejemplo, ¿cómo podemos garantizar el acceso equitativo a las tecnologías? ¿Cómo podemos protegernos frente a la desinformación o el ciberdelito? ¿Cómo podemos regular el uso de los avatares o agentes inteligentes que nos representan o actúan por nosotros? ¿Qué límites o derechos tienen estos agentes?

Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos como ciudadanos digitales. No tenemos respuestas definitivas ni fáciles, pero sí tenemos la oportunidad de reflexionar sobre ellas y buscar soluciones conjuntas que nos permitan aprovechar al máximo las ventajas que nos ofrecen las nuevas tecnologías sin renunciar a nuestros valores democráticos.

Creatividad e imaginación: ¿el futuro de la civilización?

La humanidad ha experimentado a lo largo de la historia diferentes etapas de desarrollo económico y social. “Desde la agricultura hasta la industrialización, pasando por la sociedad de la información y el conocimiento, cada una de estas etapas ha supuesto un cambio en la forma de producir, comunicar y relacionarse”, indica Germán Escorcia.

Sin embargo, en los últimos años hemos asistido a una nueva revolución tecnológica que está transformando el mundo que conocemos. “Internet de las cosas, inteligencia artificial, realidad virtual y aumentada, conectividad en órbita son algunas de las innovaciones que nos abren nuevas puertas y horizontes”.

Pero también nos plantean nuevos retos y desafíos. ¿Cómo podemos adaptarnos a estos cambios? ¿Qué habilidades y competencias necesitamos para afrontarlos? ¿Qué papel tiene el ser humano ante este nuevo escenario?

Algunos expertos señalan que la clave está en la creatividad y la imaginación. “Estas capacidades nos permiten generar ideas originales, resolver problemas complejos, expresar nuestra identidad y emociones, colaborar con otros y crear valor social. La creatividad y la imaginación son lo que nos diferencia de las máquinas y los algoritmos”, subraya Escorcia.

Por eso es importante fomentarlas desde todos los ámbitos: educativo, laboral, cultural, político. “Necesitamos una sociedad que valore y estimule el potencial creativo e imaginativo de las personas. Una sociedad que reconozca que el futuro no está escrito ni determinado por las tecnologías, sino que depende de nuestra capacidad para imaginarlo y crearlo”, concluye el director de Innovación de Virtual Educa.

A N U N C I O