Lluís Pastor: «La transformación digital supone una reigeniería de la Universidad»

Lluís Pastor es Doctor en Periodismo por la Universidad Ramón Llull (URL), máster en Ciencias de la Información por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y titulado en Administración de Empresas por el IESE, Universidad de Navarra. Fue Director del E-Learn Center, el centro de investigación e innovación de la Universitat Oberta de Cataluña (UOC) en el ámbito del aprendizaje electrónico.

Es profesor titular en la UOC y colabora como profesor en la Universidad Ramón Llull, la Universidad Autónoma de Barcelona, la Universidad Jaume I de Castellón y la Universidad de Girona. Hasta 2014 centró sus investigaciones en la comunicación, la persuasión, la comunicación no verbal, la narrativa, el aprendizaje y la enseñanza virtual. Ahora, investiga la comunicación entre muertos y vivos. Participa habitualmente en medios de comunicación de ámbito nacional (Cuatro, RNE, SER) y catalán (TV3, Catalunya Ràdio, RAC 1, SER, BTV y 8TV) como experto en comunicación. Tiene 12 libros publicados y se despeña como miembro del Consejo de TV española.


La Educación, según menciona Lluís, es uno de los pocos sectores productivos en nuestras sociedades que no concretó su transformación digital. Antes de la pandemia todos vivíamos todavía en la lógica de la sala llamada aula, en un tipo de acto llamado clase, que era absolutamente presencial. O sea, no había ni un rasgo de digitalización ahí dentro.

La digitalización no es que el estudiante tome notas con un iPad. La digitalización no es que el profesor haya cambiado el encerado y la tiza por una pantalla para señalar y haga powerpoint. Eso no es digitalización. La digitalización es la transformación de una sociedad a nuevos procesos productivos, menciona.

¿Cómo lograr esta transformación digital de la educación?

La transformación digital supone la reingeniería de la universidad. Hay que reinventar la universidad. No nos sirve de nada que después de la pandemia las clases presenciales pasen a ser clases vía zoom, porque eso degrada la experiencia de aprendizaje. Tenemos que buscar elementos que hagan que cambie el paradigma, que hagamos la reingeniería de la universidad para que la experiencia del aprendizaje mejore y eso pueden ser muchas cosas, desde diseñar mejor nuestros cursos.

Hay que cambiar el diseño instruccional de los cursos. Hay que cambiar los recursos de aprendizaje de los cursos. Estamos aprendiendo cosas a través de plataformas como Netflix, como HBO, como el mundo del video está aquí al lado y en cambio los profesores insisten en pasar powerpoints hechos de manera artesanal, hasta con faltas de ortografía. Podemos cambiar incluso la figura del propio profesor. Puede haber equipos de personas que acompañan estudiantes. Puede haber estudiantes más maduros que acompañen a otros estudiantes, como está pasando ahora en las escuelas de programación más interesantes que hay en el mundo. Cuando me preguntan ¿Qué hay que cambiar]?, os digo todo… hay que repensar la universidad.

 ¿ Es necesario involucrar a todos los actores para lograr esta transformación?

Yo creo que a menos que nuevos dirigentes gubernamentales entren con ojos del siglo 21 a tratar la cuestión, vamos a tener que explicar muchas veces hasta que entiendan que la universidad, tal y como ha funcionado durante mil años, no se adapta a la nueva sociedad de la información y del conocimiento. Afortunadamente, yo llevo 22 años en el mundo de la educación virtual on line, prácticamente los mismos que lleva la educación virtual en todo el mundo. De hecho, la primera universidad 100% online fue una universidad de la que vengo yo. La Universitat Oberta de Catalunya, que tiene 25años, o sea que he vivido todo el proceso. Y lo que si que te vengo a decir es que muchas veces entre los responsables gubernamentales de países americanos y españoles también es donde menos compromiso se ve hacia los cambios.

Hablar sobre un «retorno a la normalidad» 

Es como si todo el mundo quisiera vivir eternamente el 13 de marzo de 2020 y esa fecha no va a volver. Esa es la reflexión que hay que hacer. Eso no significa que la universidad, tal como la hemos conocido, desaparezca al 100%. Claro que puede haber buenas clases dentro de la ortodoxia de la clase dictada, pero lo que te están diciendo las promociones de jóvenes de hoy es que eso no puede ser el sistema mayoritario, porque ese sistema mayoritario ha dejado de ser eficiente. Cuando el profesor está contando cosas que cualquier estudiante puede encontrar mejor explicadas en libros, en vídeos o en cualquier recurso, ese sistema deja de ser eficiente. Por eso cuando digo que hay que hacer una reingeniería de la educación, hay que modificarla en todos sus elementos para que el resultado sea mejor.

En estos 22 años, ¿cuál fue tu experiencia en el sector universitario?

Es muy interesante, porque la educación es un sector productivo inmaduro a pesar de tener más de 1000 años. Inmaduro porque todos los agentes que proveen el servicio hacen lo mismo. Prácticamente las más de 30.000 universidades alrededor del mundo hacen lo mismo, encierran a un profesor en un aula cierran la puerta y no sabemos qué pasa ahí dentro, se supone que el profesor está contando cosas, está instruyendo a los estudiantes pero todos utilizan un modelo que es muy similar. Son pocas las universidades que se dieron cuenta de que para brindar una mejor experiencia de aprendizaje había que hacer cosas distintas. Como Harvard que lo hizo desde un principio con un método específico que es el estudio de casos. La reflexión que yo hago es: «el camino de la transformación digital pasa ineludiblemente por que cada institución averigüe cuáles son sus singularidades educativas».

Me consta que Unifranz lo está haciendo en función a los valores que de la universidad y guiados por la misión, por los valores y por el perfil del egresado que quiere generar, va a modificar todos los procesos de trabajo para dar un resultado distinto al que estamos dando. Hay que preguntarse cuál es el diseño del aprendizaje? Cuál es el guion del aprendizaje? Qué pasa con el estudiante el día 1, la semana uno va a trabajar por retos, va a trabajar por proyectos, va a trabajar solo, va a trabajar con equipos. Fíjate, se puede cambiar el diseño, se puede cambiar el guion, se puede cambiar la función del profesor, podemos hacer muchas cosas.

Los profesores no solo dictan clases, podemos plantear problemas, podemos decir como se han resuelto, podemos incorporar nuevas figuras de expertos del mundo, de las empresas o del mundo del profesional que nos cuente cómo lo resuelven ellos. Que sean ellos los que guían a grupos de estudiantes. Es decir, la universidad, en el modelo estricto de profesor dictando una clase, es lo que tiene que modificarse para dar sentido y entrada a la transformación del siglo 21.

¿Cuál es el futuro de la formación continua, de especialización y la formación en posgrado?

Esto es muy interesante porque además al futuro se suma otro elemento que es como si fuera la receta perfecta para un ají picante, dices y el elemento de lo que llaman el entorno VUCA, la famosa volatilidad del contexto, la incertidumbre de qué profesiones habrá en el futuro a diez años. Vista la ambigüedad del momento, están pasando muchas cosas que no entendemos, la rapidez absoluta de los cambios. Nunca el mundo había cambiado tan rápido . Pero en este entorno incierto, lo que seguramente pide el posgrado son modificaciones continuas. Nos están diciendo que la empresa de más valor en 2030 no existe todavía. Eso quiere decir que habrán negocios nuevos puestos de trabajo, nuevos conocimientos, nuevos competencias nuevas.

Entendemos que es una intensificación, no un atajo en un entorno de alta volatilidad. Lo que tienes que tener son piezas más pequeñas, muy enfocadas a cuestiones concretas, con mucha mutabilidad, con la posibilidad de que sean formaciones modulares. Es decir, el mundo de la universidad tiene que asumir que los cambios que se han producido en el resto de sectores se van a producir también para el sector. Hay que darle más poder al estudiante, pero más poder guiado. Hay que darle muchas más piezas, hay que darle más orientaciones y hay que hacer que la relación humana que hay entre el profesor y el estudiante vuelva a ser una relación creativa, vuelva a ser una relación de guía, vuelva a ser una relación de explosión de conocimiento, no de rutina, no de hartazgo, no de frustración.

A N U N C I O