Tras la interrupción de la educación presencial motivada por la COVID-19, circunstancia inesperada e inimaginable en nuestros tiempos, docentes, estudiantes y familias deseaban un retorno a las aulas envuelto en normalidad.
Los centros educativos han vuelto a abrir sus puertas en un septiembre lleno de incertidumbre en el que se pide una respuesta segura y cierta de las escuelas ante posibles olas de contagios. Responder ante las preocupaciones de las familias y mitigar el impacto que haya podido tener en los estudiantes la reducción o pérdida de clases presenciales se impone como otro gran reto en el inicio del nuevo curso. La resiliencia es una necesidad de nuestro sistema educativo.
En julio de este año, 2020, Virtual Educa organizó un Encuentro internacional Virtual Educa Connect bajo el lema ‘Reset educativo. Ecosistemas digitales para el desarrollo humano’, en el que trescientos expertos educativos, frente a un auditorio virtual de mas de 85.000 docentes de países todo el mundo, analizaron los graves problemas de la educación y la formación en estos tiempos de pandemia y plantearon soluciones.
Ante esta situación, muchos de los especialistas coincidieron en la necesidad de implementar un modelo de enseñanza híbrido, en el que los docentes brinden un mayor porcentaje de sus clases en línea y las complementen con apoyo y clases presenciales. Esta solución resultaría idónea para responder a las necesidades educativas de los estudiantes y les brindaría a las escuelas la flexibilidad necesaria para adaptarse a los entornos cambiantes.
La realidad es que las administraciones educativas, ante la vuelta a clase de este nuevo curso, han considerado estrategias y recomendado o adoptado diversas medidas conducentes en gran medida a garantizar la presencialidad entre el 50% al 100% de los alumnos, volcando el mayor esfuerzo en aquellos más pequeños, los que inician etapa educativa o los que finalizan. Pero esta garantía no va acompañada de un apoyo decidido a conjugar presencial + virtual, es decir, un modelo híbrido verdadero. Se confía en las clases presenciales como piedra angular del sistema, pero se delega en los docentes la respuesta ante las clases en escenarios de semipresencialidad, en ocasiones sin recursos añadidos. En ocasiones se ofrece apoyo técnico y se brindan plataformas digitales de acompañamiento, generalmente basadas en Moodle LMS.
Creemos, tras mas de veinte años apostando por la innovación, el desarrollo y la inclusión, que es el momento de ‘resetear’ la educación y plantearse nuevas metas, en un tiempo, además, en que, el sector EduTech [Educational Technologies] es mas fuerte que nunca, con multitud de empresas dedicadas a la educación incluidas gran cantidad de startup y una colección inmensa de aplicaciones educativas.
Hay que tener en cuenta que las soluciones digitales son el medio que habilita el aprendizaje híbrido, pero son los docentes quienes deben proporcionar los métodos educativos y las estrategias para que esto se pueda implementar, entre los que el ‘aula invertida’ adquiere gran relevancia. La tecnología es un soporte sobre el que implementar una metodología exitosa y moderna que permita un acceso universal a los currículos.
Para garantizar que el modelo de aprendizaje híbrido funcione para toda la comunidad educativa, los gobiernos deben trabajar duro para cerrar las brechas de acceso, mejorar la competencia digital de docentes y estudiantes e involucrar al profesorado, cuidándolo y otorgándole protagonismo en el desarrollo de estrategias digitales de aprendizaje, además de brindar aulas conectadas.
El aprendizaje híbrido permitirá la adaptación de las escuelas a los previsibles escenarios cambiantes en los que se ha convertido nuestro presente y nuestro futuro más inmediato.