¿Cómo lograr un mundo sostenible y avanzar en los objetivos de la Agenda 2030? Para responder a este interrogante consultamos a Paloma Durán, directora del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Fondo ODS), mecanismo económico para la implementación de la nueva agenda que busca poner fin a la pobreza.
Alcanzar una educación de calidad es el 4° Objetivo de Desarrollo Sostenible. ¿Cuán relevante es la educación para el cumplimiento de la agenda de desarrollo 2030
Garantizar una educación de calidad es un pilar fundamental para el desarrollo. Si bien las matriculaciones de niños y niñas en educación primaria en los países en desarrollo han alcanzado ya el 91% en todo el mundo, según la UNESCO, no es menos cierto que 57 millones aún siguen sin poder asistir a las escuelas. Así que todavía tenemos mucho trabajo por delante para asegurar una educación inclusiva y de calidad para todos. Es importante recordar que la educación no es solo un objetivo en sí mismo, sino que además es clave para alcanzar el resto de objetivos de la Agenda 2030, desde la reducción de la pobreza hasta la buena salud y el bienestar personal, pasando la construcción de sociedades pacíficas e inclusivas o el cuidado del medioambiente.
¿Cómo se interrelaciona este objetivo con los otros 16?
La educación es una pieza fundamental que permite que muchos otros Objetivos de Desarrollo Sostenible sean posibles. Empezando por el ODS 1, el acceso universal y equitativo a una educación de calidad es una de las formas de reducción de la pobreza; solo cuando las personas tienen acceso a una buena educación éstas pueden romper el ciclo de la pobreza. Por otro lado, en cuestión de la lucha contra la malnutrición (ODS 2), una buena educación sobre alimentos nutritivos y técnicas de preparación saludables permite asegurar el correcto desarrollo de los niños en la primera infancia. Vemos también la influencia directa de la educación en objetivos como la buena salud (ODS 3), por ejemplo en la formación y el acceso a los servicios de atención sexual y reproductiva, o en otros como la igualdad de género (ODS 5), contribuyendo a eliminar la discriminación y las diferencias de género en las escuelas y creando entornos de género positivos en los ambientes de estudio. La educación también es clave en el ODS 8, sobre trabajo decente y desarrollo económico, por su importancia en la formación y capacitación de las personas, empleos decente y emprendeduría; para el ODS 12, en cuanto a educación e información sobre hábitos consumo y producción responsables y sostenibles; o en el ODS 13, por la mejora de la educación y sensibilización sobre el cambio climático. Estos son solo algunos ejemplos que ilustran cómo la educación es un elemento transversal y clave en la Agenda 2030.
¿Cuál es el la misión del Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible?
El Fondo ODS es un mecanismo creado por Naciones Unidas en 2014 para avanzar en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, fundamentalmente a través de programas conjuntos de desarrollo sobre el terreno de carácter integral y multidimensional, es decir, abordando todos los desafíos de desarrollo que existan en una determinada región. Hasta la fecha, hemos puesto en marcha 22 programas conjuntos que están mejorando las vidas de 3,5 millones de personas en todo el mundo. Una característica fundamental de nuestros programas es la participación de todos los actores del desarrollo: desde los más tradicionales, como el gobierno nacional, las instituciones regionales y locales y las agencias especializadas de Naciones Unidas, hasta los nuevos actores del desarrollo cuya participación es imprescindible en el nuevo marco de la Agenda 2030, como el mundo académico, organizaciones y colectivos civiles y, muy particularmente, el sector empresarial. El Fondo está especialmente comprometido con las colaboraciones público-privadas.
¿De qué manera la colaboración público-privada puede contribuir a alcanzar los ODS?
Una agenda mundial para el desarrollo sostenible requiere la colaboración de todos: gobiernos, organizaciones internacionales sociedad civil, academia y sector empresarial, a través de alianzas a todos los niveles: global, nacional, regional y local. Las necesitamos en primer lugar para movilizar la ingente cantidad de recursos que se necesitarán en inversión directa para países en desarrollo, incluyendo sectores claves como la energía, infraestructuras y el transporte, pero también para llevar a cabo otro tipo de transformaciones como la reducción de desigualdades, el avance en igualdad de género, el consumo responsable, o la construcción de sociedades inclusivas. Por ejemplo, si tenemos en cuenta que más del 90% de los puestos de trabajo en los países en desarrollo los aporta el sector privado, ¿cómo podríamos lograr, por ejemplo, las metas sobre empleo decente, reducción de desigualdades o crecimiento sostenible respetando el medio ambiente? Las nuevas alianzas público-privadas deben construirse sobre la base de unos valores y principios, tener unas metas y objetivos compartidos siempre situando a las personas en el primer lugar de la escala de prioridades.
¿Podría brindarnos algún ejemplo de casos exitosos?
Los programas conjuntos que impulsamos desde el Fondo ODS dan buena prueba del éxito de la colaboración público-privada. Por ejemplo, en el programa “Granos Andinos”, que tenemos en Perú, agencias como la OIT, FAO y UNESCO, socios nacionales como los ministerios de Agricultura y de Fomento e integración social, administraciones locales, y cooperativas de productores como la Asociación Nacional de Productores de exportación han logrado mejorar las vidas de las mujeres y hombres campesinos en comunidades rurales del Altiplano, que hasta entonces no se habían podido beneficiar de la creciente demanda internacional de la quinua. En dos años, gracias a la colaboración conjunta de todos los actores, hemos logrado capacitar a más de 2.000 productores en cultivo de quinua orgánica, comercializando hasta 154 toneladas métricas con una mejora del 13% en el precio de venta, generando mayores beneficios para los productores, además de otros beneficios, como la mejora de la nutrición, el empoderamiento de las mujeres productoras o el acceso de las “mamachas” (campesinas humildes) a bancos de crédito.
¿Qué rol juega el paradigma tecnológico en el progreso de los ODS en su conjunto?
Hoy el mundo está más interconectado que nunca; mejorar el acceso a la tecnología y los conocimientos es básico para ideas, propiciar la innovación y propiciar el logro los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En estos momentos, es imprescindible reducir la brecha digital que existe en determinadas regiones y comunidades, que influye particularmente en objetivos como la educación. El potencial y el valor que brindan las nuevas tecnologías para garantizar el acceso de todos los niños y niñas es impresionante. Que un profesor pueda comunicarse con sus alumnos a través de su laptop, o que podamos monitorear el progreso en los estudios de los niños y niñas a través de sus tabletas en tiempo real son oportunidades que debemos aprovechar sin ninguna duda.
Recientemente el Fondo y la Fundación Virtual Educa firmaron un Memorándum de Entendimiento para colaborar en objetivos comunes. ¿Cómo valora esta relación y cuáles son las prioridades establecidas?
Sin duda el acuerdo con la Fundación Virtual Educa es un gran paso adelante que nos va a permitir avanzar en la importante tarea de mejorar la educación a nivel global. Juntos mejoraremos nuestro conocimiento sobre programas e iniciativas que se produzcan en las áreas de innovación en la educación, como la aplicación de las tecnologías digitales a la educación. También, coordinaremos la promoción y realización conferencias, y cooperaremos en actividades Sur-Sur así como en aquellas iniciativas en pro de la Educación como herramienta para la coexistencia pacífica y la resolución de conflictos. Estamos seguros de que esta colaboración será muy enriquecedora para ambas partes.